Cena de San Valentin [Blair]

Era el día de San Valentín y ya me había levantado con una sonrisa esa mañana. Sabía que sería especial y distinto, más ahora que Nate había demostrado ser el novio perfecto y eso me alegraba, mucho. Me había devuelto la sonrisa, ilusión y alegría.
Le tuve que explicar a Dorota la causa de mi felicidad y lo único que me decía era: "Me alegro por usted Señorita Blair", aunque alguna que otra vez demostraba la misma felicidad que yo. Seguro que el doble de la que mostraría mi madre si se lo contaba.

El día fue pasando con total lentitud, contaba. Salí a buscar algo por la 5th Avenida para regalarle al dulce Archibald. Y al final me hacía decidido por un exclusivo reloj, uno de los más caros del mercado. Delicado, nada aparatoso, ¡Perfecto!. Digno para que lo regalara Blair Waldorf.

Faltaba poco para la hora marcada, así que ya en mi casa terminé de prepararme. Un baño rápido, la ropa perfecta y obviamente, el último complemento.Una dulce diadema sobre mi sedoso y oscuro pelo. Salí de allí encontrándome con mi madre que me dió un dulce abrazo antes de irme, volviéndome a decir que estaba perfecta, era guapa y delgada. Por lo que salí un poco confusa después de ese encuentro. El chófer me estaba esperando abajo en la limusina que había traído a mi madre, y de ahí directa a casa de los Archibald. No sabía si iban a estar el capitán o la madre de Nate, aunque la verdad era que esperaba que no.
Salí del coche con delicadeza aunque esperé a que me abrieran la puerta. Fuí directa a la puerta de la casa de mi novio, escuchándose sobre la fría y dura acera el ruído de mis tacones. Al timbrar me quedé allí esperando a que mi dulce novio apareciera tras la puerta y así fue, - Nate - dije de forma dulce y a modo de saluda, a la vez que le daba un corto pero dulce beso.


Off: Perdon por tardar tanto y perdon por el post largo. Es que me enrollé xD. ¡Sorry!

Una tierna sonrisa apareció en mi cara al escuchar el cumplido de mi dulce y tierno novio, - Tu también - dije con la misma dulzura que había utilizado él para dirigirse a mí. En realidad el chico siempre se veía perfecto para mí, pero ese día aún más. O sabía que nada podía salir mal por lo que me encontaba realmente positiva, y con una sonrisa grabada en mi rostro. Donde nada ni nadie podía borrármela.

Ambos nos dirigimos hasta la sala de la casa de mi novio, se adelantó a decirme Feliz día de San Valentín sin haber visto nada antes pero de un momento a otro mis ojos se clavaron en lo que tenía Nate preparado para mí, para nosotros. - Oww - solo pude articular y rapidamente llevé mis manos a la cara, estaba emocionada y mucho. No me imaginaba sorpresa tan romántica y perfecta de su parte, - Nate... - dije aún sin salir de mi estado de shock, felicidad y asombro. Al escuchar su comentario solo pude responder rapidamente para no hacerle pensar lo contrario, - Me encanta - dije de forma ilusionada - Me encanta - volví a repetir incluso más feliz que antes, - Gracias - agregué a la vez que me acercaba a él y le daba un cortito beso, para luego sentarme con total delicadeza en mi sitio. Esperé a que se sentara y dijera algo más ya que yo no podía articular palabra alguna...seguía mirando todo lo que había preparado y lo perfecto que había quedado.

Al contrario que yo Nate no se había sentado había ido a buscar algo, lo miré confundida y a la vez sorprendida por la pequeña cajita que tenía entre las manos. No tenía ni idea de que podría ser, pensé que la sorpresa ya simplemente esa y me conformaba, era todo absolutamente perfecto. Había dejado el lugar precioso, él y yo. No podía pedir nada más.

Sonreí al escuchar su comentario y esperé a que abriera la delicada cajita, mis ojos se clavaron en el collar de perlas de la familia Archibald. No me lo podía creer, mi madre no se lo creería. Era imposible de creer, me encantaba el collar y tenía un gran sentido (?) era importante ese collar para su familia y si me lo daba a mí me consideraba igual de importante, tanto para él como para su familia.
Sonreí como una idiota mientras él me lo abrochaba en mi delicada cuello, - No lo puedo creer, es precioso Nate - dije después tocándo el pequeño corazoncito que ahora estaba sobre mi cuello. - Sé lo importante que es para tu madre este collar, y quiere decir que no lo regalas por regalar - agregué, ahora tenía que estar segura de que mi novio estaba poniendo todo de su parte para volver a intertarlo - ¡Gracias! - terminé por decir dulcemente.